Fernando Adrián: otra rotunda actuación en su segunda tarde en Zaragoza

«Campanito» era el tercero del festejo, número 69, con 572 kilos y nacido en octubre del 20, otro animal de pelo melocotón, largo y barrigón y bien puesto de pitones. Faroles de rodillas de Fernando Adrián para después recoger al toro en el recibo de capa, en el que el toro no mostró celo. Ajustado par de banderillas de Marcos Prieto y de dentro a fuera el segundo. Buen tercio. Agarrado a las tablas comenzó faena Fernando Adrián con pases por alto para ir saliéndose para afuera con el toro. Le dio distancia Adrián al toro para aprovechar las inercias en serie limpia pero el toro fue acortando el viaje. Muy molesto en la siguiente tanda de derechazos, volvió el torero a darle sitio. No se calentó el ambiente y el diestro se la echó a la zurda, con el toro más probón y protestón si cabe. La estocada cayó arriba.

«Almacenero», el quinto, le echó las manos por delante a Fernando Adrián en el recibo a la verónica. El herrado con el número 47, de pelo colorado ojo de perdiz, nacido en noviembre del 20 y con 630 kilos, no hizo gran cosa en varas y salió blandeando. Se fue Fernando Adrián a brindar al público. Desde ahí citó de rodillas el madrileño con pases cambiados y por alto. Bonito el desdén de remate. Con brusquedad embistió el de Cuvillo, tratando Adrián de componer la figura. Luego le apretó y la serie ganó en rotundidad. Volvió a la diestra Fernando Adrián con una tanda ajustada. El toro se fue apagando en cuanto acortó distancias Fernando, pero este no se apagó. El arrimón fue de mucho mérito, con los pitones rozando el vestido del torero. Acero en mano, citó por bernardinas, que se fueron ajustando en cada pase y que pusieron al público en pie. Rotundo fue el estoconazo que dejó el torero mientras le daban un aviso. La petición de oreja fue unánime, habiendo petición de otra. El rasero del presidente es cambiante. Oreja.