A la puerta de chiqueros fue Fernando Adrián a saludar al primero, un Bisonte negro listón chorreado de 537 kilos al que luego dejó varios faroles de rodillas y chicuelinas de ajuste. Buenas varas de Barroso. A su preparador físico, Bernar Juarranz, brindó Fernando un animal que tenía temperamento y exigía. Lo mejor llegó por la mano derecha, por donde selló tres series de calado, pero el viento hizo que no pudiese sacarse a las rayas al animal, que comenzó a agudizar el genio en el final de la faena. Dejó una estocada un punto baja y fue silenciado.

Derramado llevaba por nombre el tercero, un toro de 593 kilos, alto y con las palas hacía arriba, que apretó a Fernando en el saludo capotero. Bien cayeron las varas de Jabato, quitando por verónicas Borja Jiménez. Buenos los pares de Curro Javier ante un toro que mostró falta de fuerza en la lidia. Y muleta en mano porfió en terrenos del 9 el madrileño con un astado a menos. Apuesta sin eco de Fernando ante un toro sin clase y con genio acrecentado. La estocada, en todo lo alto, hizo caer al toro. Silencio.

Más bajo el quinto, que abría más la cara, un Amante de 552 kilos al que Fernando Adrián dejó verónicas a pies juntos para saludarlo. Lo cuidó en el caballo de Alberto Sandoval. Brindó al tendido el madrileño y dejó un inicio de faena de rodillas pasándoselo por la espalda, dos de ellos a milímetros del traje. El toro era de embestida incierta, y propuso el toreo Adrián en dos series por la derecha de calado arriba. Cuando hizo el toreo al natural, en un parón, el animal le dio una tremenda voltereta de la que salió magullado, pero sin consecuencias. Siguió exponiendo Fernando, que dejó un cierre de faena entre pitones y por bernadinas. Dejó una estocada media y dos golpes de descabello. Calurosa ovación tras aviso.