Molestaba mucho el viento cuando Fernando planteó el toreo al tercero, un toro en el tipo de la casa y serio al que dejó verónicas de buen trazo. Adrián se sobrepuso y dejó tandas meritorias por ambos lados, dejando una faena de momentos reposados, especialmente al natural. También se durmió en algunos embroques por la derecha, dejando un final por estatuarios, varios cambiados y una estocada arriba a un toro al que le faltó entrega. Oreja con petición no atendida de dos.

Echaba las manos por delante el sexto, un toro también ovacionado por su seriedad en el ruedo manchego. No pudo lucirse Adrián de capa ante un astado que le echó la cara arriba al piquero. Y a pesar del peligro sordo del animal, el madrileño le planteó una faena de exposición y de mucho poder, especialmente por el derecho, el único pitón potable del animal. Hubo series de mando y dominio. Al intentarlo al natural el toro se metía por dentro y era muy complicado, así que remató de nuevo por el derecho la obra, coronada de una gran estocada. Otra oreja más.